La hipertensión arterial corresponde a una enfermedad considerada como crónica, que básicamente se caracteriza por un crecimiento incontrolable de las cifras de presión sanguínea en las arterias del organismo.

Esta enfermedad, está estrechamente asociada a las tasas de mortalidad y por ello, se considera que la hipertensión es uno de los problemas más importantes de salud pública, especialmente en los países desarrollados. Aunque la hipertensión es una enfermedad que ha afectado a cerca de mil millones de personas y que si no se detecta a tiempo puede cursar complicaciones sumamente graves, es una enfermedad sumamente fácil de detectar.

La hipertensión arterial de manera silenciosa, produce cambios en el flujo sanguíneo a nivel macrovascular y a nivel microvascular, que a su vez, son producto de una disfunción en la capa interna de los vasos sanguíneos del cuerpo, remodelando la pared de las arteriolas. Las arteriolas a su vez, son las encargadas de mantener el balance vascular periférico.


Aunque en realidad no existe un límite entre el rieso y la seguridad de la presión del organismo, de acuerdo a consensos internacionales, se llegó a la conclusión de que una presión sistólica por encima de 193 mm y una diastólica mayor de 89 mm, se asocian con el aumento del riesgo de una hipertensión arterial.

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La homeopatía cura al enfermo más que la enfermedad

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